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Thales, compañía global de ciberseguridad y tecnología, publicó hoy un informe que alerta sobre un incremento drástico en los ataques dirigidos a interfaces de programación de aplicaciones (APIs) durante el primer semestre de 2025.
Según los datos recopilados, se registraron más de 40.000 incidentes de ataque en más de 4.000 entornos distintos, una cifra que refleja la creciente preferencia de los delincuentes por este vector.
APIs: el nuevo objetivo prioritario
Las APIs se han convertido en la columna vertebral de la economía digital moderna. Permiten que aplicaciones, servicios en la nube y sistemas empresariales intercambien información en tiempo real.
Sin embargo, esta misma ventaja las convierte en un blanco ideal: cualquier debilidad en una API puede dar acceso directo a datos sensibles o funciones críticas.
El informe de Thales destaca que los bots y scripts automatizados son responsables de la mayoría de los ataques, ya que facilitan la ejecución de campañas a gran escala con un costo mínimo para los atacantes.
Entre los métodos más comunes se encuentran:
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Ataques de enumeración de credenciales (credential stuffing),
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Explotación de fallos de autenticación,
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Inyecciones de código malicioso para obtener datos confidenciales.
Impacto empresarial y económico
Los sectores más afectados incluyen finanzas, comercio electrónico, salud y servicios en la nube, todos altamente dependientes de APIs para ofrecer experiencias digitales a sus clientes.
Una brecha en estas interfaces no sólo puede significar pérdidas económicas millonarias, sino también dañar la reputación y provocar sanciones por incumplimiento de normativas de privacidad.
Recomendaciones clave
Thales propone una estrategia de defensa en profundidad que combina tecnología y buenas prácticas:
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Inventario completo de APIs: identificar y documentar todas las APIs, internas y externas.
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Autenticación y autorización robustas: aplicar OAuth 2.0, tokens de corta duración y multifactor.
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Monitoreo continuo y detección de anomalías: implementar herramientas que analicen el tráfico en tiempo real.
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Pruebas de penetración periódicas para detectar vulnerabilidades antes de que los atacantes las exploten.
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Limitación de tasas (rate limiting) y protección frente a bots mediante mecanismos como CAPTCHA o soluciones específicas de gestión de bots.
Conclusión
El aumento exponencial de los ataques confirma que la seguridad de las APIs debe considerarse una prioridad estratégica.
Para las empresas que dependen de servicios en la nube y de ecosistemas interconectados, reforzar la protección de sus interfaces no es opcional: es un requisito crítico para la continuidad del negocio.
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